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14/06/2019Nuestro cuerpo es una perfecta y milagrosa máquina que nos permite interaccionar con el mundo, expresar quiénes somos y experimentar la realidad de diferentes maneras, dependiendo del estado de salud en el que lo mantengamos.
Nuestra percepción del mundo depende de la energía que seamos capaces de mantener, que a su vez, depende muy directamente de la manera en que cuidemos a nuestro cuerpo.
La responsabilidad de mantenerlo sano es de cada uno de nosotros. Mucha de la información que nos llega nos hace pensar que no tenemos las riendas de nuestra salud, y en cierta medida, es cierto. Pero no de forma absoluta.
Tenemos en nuestras manos muchas más opciones de las que nos han hecho pensar. Solo es necesario, por una parte, tener la información adecuada y por otra, EMPODERARNOS: tener la energía necesaria para llevar a cabo el cambio que necesitamos.
Hoy hablaremos de algunos de los cambios necesarios. De empoderamiento hablaremos otro día…
Existen cinco heridas básicas que dañan nuestro cuerpo. Lo hacen porque merman la energía necesaria para que nuestro sistema inmune haga su trabajo, que es curarnos. Si está ocupado permanentemente en estas heridas, no podrá ocuparse eficazmente del resto de tu cuerpo:
1. EMOCIONES Y CREEENCIAS. Una emoción no resuelta activa los mismos mecanismos curativos que una herida abierta que necesita cicatrizar, consumiendo mucha energía del sistema inmune. Si no la resolvemos, puede provocar que un problema físico no acabe de solucionarse y se convierta en algo más importante, es lo que llamamos somatización.
Por otra parte, todas nuestras creencias construyen nuestra personalidad, una visión del mundo totalmente personal, creando unas expectativas, que puede que no se ajusten a la realidad. Nuestra respuesta ante todo este guirigay serán reacciones emocionales que condicionarán nuestra salud.
2. LAS PATOLOGÍAS PERIODONTALES hacen que el sistema inmune esté presente en la boca intentando sanarlas. Es necesario comprobar que no sangran las encías, que no están inflamadas, que no hay pequeñas heridas ni aftas y que las encías no se retraen. Si existe alguno de estos síntomas, tu boca supondrá un problema para tu salud.
3. LA GRASA también puede cronificar la acción del sistema inmune. Cuando el adipocito (la célula de grasa) crece de manera incontrolada se produce una hipoxia (falta de oxígeno) por la presión que se genera.
El adipocito segrega unas sustancias inflamatorias a la sangre (citoquinas), que lo marcan y hacen que se comporte como una célula inmune, provocando un efecto llamada, que hace que acudan células inflamatorias hacia el tejido graso intentando repararlo. Como no pueden acabar con la hipoxia porque la presión no disminuye, se acaba activando crónicamente.
Disminuyendo el número de comidas al día, podemos hacer que el adipocito vuelva a funcionar con normalidad. El ayuno intermitente es la mejor manera de hacer que el adipocito entre en ritmo.
4. Hay algunos ALIMENTOS CON ANTINUTRIENTES que dañan la membrana intestinal. Hay varios alimentos perjudiciales para nuestras barreras, pero destacan la gliadina (proteína que forma parte del gluten) presente en algunos cereales; la caseína de los lácteos y las saponinas y las lectinas de cereales y legumbres.
La gliadina y la caseína provocan que las uniones entre las células intestinales (tigh junctions) se abran de manera crónica, provocando un intestino excesivamente permeable.
Las saponinas y lectinas dañan la membrana lipídica intestinal provocando pequeñas lesiones que permeabilizan la membrana. Esta permeabilidad hace que penetren al torrente sanguíneo bacterias y sustancias que no es deseable que lleguen a la sangre (alimentos mal digeridos, heces…).
5. LA INFLAMACIÓN POSTPANDRIAL. Cada vez que comemos el sistema inmune se activa, como lo ha hecho ancestralmente, para atacar a posibles bacterias o bichos varios que puedan entrar con la comida, es decir, cada vez que comemos nos inflamamos.
El hecho de que la inflamación sea mayor o menor depende de tres factores:
-La cantidad de omega 3 presente en la comida.
-Las calorías ingeridas.
-La carga glucémica de los alimentos que hemos ingerido.
Todos estos factores provocan inflamación postpandrial y activación del sistema inmune.
Si comemos muchas veces al día estaremos inflamados casi todo el tiempo con las consecuencias que conlleva, una de las menos conocidas es que influirá en nuestro carácter. De la misma manera, cuando nuestro estado de ánimo empeora, la elección que hacemos de los alimentos es menos saludable y su efecto negativo en nuestra salud es mayor.
Tener los conocimientos adecuados nos permite elegir conscientemente lo mejor para nosotros. Así, nuestra salud será mejor y, a partir de ahí, seremos capaces de expresar lo mejor de nosotros mismos.
Elige conscientemente. Elige ser tu mejor versión.
Mar Tárraga