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FÍSICO

Tenemos un cuerpo físico y habitamos un mundo físico, aunque seamos mucho más que eso. Este cuerpo físico se rige por unas reglas determinadas que es importante conocer para poder seguir de la mejor manera posible y mantener así un estado físico saludable.

Somos humanos, pero: ¿qué significa ser humano?, ¿cuáles son los principios que rigen la vida humana?, ¿qué es lo mejor para mantener nuestro cuerpo físico saludable?, ¿cómo tener la máxima energía disponible?.

Muchas de las enfermedades que padecemos hoy en día tienen que ver con la falta de adaptación de nuestros sistemas al modo de vida que llevamos actualmente. La solución a muchos de los problemas de salud actuales está en volver a un estilo de vida más acorde con nuestra naturaleza humana:

  •  - Hacer menos comidas al día, para que los niveles de insulina en nuestra sangre no sean altos y podamos betaoxidar grasas y también para darle calma a nuestro sistema inmune.
  •  - Hacer ejercicio físico. Dejar de movernos es el principio de muchas patologías.
  •  - Estar en contacto con la naturaleza para estar en contacto con las phytoencides que desprenden los árboles, que nos dan salud y nos hacen sentir paz y felicidad.
  •  - Tomar el sol adecuadamente. Y producir así vitamina D, esencial para los procesos fisiológicos.
  •  - Comer alimentos “humanos”. Alimentos criados en condiciones medioambientales saludables, no productos alimentarios.
  •  - Tomar conciencia de nuestro estado emocional, que nuestro cortisol esté en niveles adecuados y nuestros ejes hormonales funcionen correctamente.
  •  - Tener cantidades suficientes de vitaminas, minerales, ácidos grasos saludables, oligoelementos…


Hay muchos principios que rigen la vida humana y la salud de nuestro cuerpo físico.

Hoy en día con tanta información disponible sobre qué hacer para estar saludables, no sabemos discernir entre la información veraz y la que no lo es. La ciencia aquí tiene mucho que aportar.

Primero el instinto natural y si lo hemos perdido, la ciencia a favor de la naturaleza.

Si nuestra parte física está en equilibrio, es mucho más fácil que nuestra parte emocional, mental e incluso nuestra parte espiritual también lo esté.

Observemos y cambiemos lo que no nos está haciendo bien.


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EMOCIONAL

Lo que construye nuestro mundo son las emociones.

Una emoción nos hace movernos desde nuestra profundidad, nos conmueve y nos incita provocar un cambio.

Son uno de los moduladores epigenéticos más importantes. Las emociones sirven para que nuestros genes expresen una condición u otra. Tienen repercusiones en centros encefálicos que forman parte del cerebro primitivo: amígdala, núcleo accumbens, núcleo coeruleus, área ventral tegmental, núcleos de Rafe…  y hacen que nuestro comportamiento varíe y se adecúe a las circunstancias externas.

Si aprendemos a observar nuestros estados emocionales podemos hacernos cargo de las consecuencias de estos estados de una manera consciente y evitar que estas emociones se conviertan en comportamientos y en creencias que nos limiten en el futuro.

Según mi propia perspectiva, podemos hablar de dos emociones muy básicas. Todas las demás se construyen a través de ellas: AMOR o MIEDO.

Si nos movemos a través del amor, entendido como un profundo sentimiento de conexión íntima hacia todo y hacia todos, nos abrimos al mundo y sacamos lo mejor de nosotros.

El miedo aparece cuando uno sale de sí mismo. Cuando nos alienamos y perdemos nuestro centro aparece el miedo que va construyendo aspectos de nuestra personalidad que nos hacen retraernos y aparece la negatividad como defensa.

La elección siempre está en nuestra mano si nos hacemos conscientes de ésto. Esta elección íntima y personal entre amor o miedo es una especie de estado interior consciente que se refleja en nuestra forma de expresarnos ante y con el mundo.

Cuando nos hemos movido desde el miedo y han ido apareciendo sentimientos de hostilidad hacia nosotros y hacia los demás, nos parece muy difícil salir de ahí. Y lo puede ser, pero si estamos atentos, la vida siempre nos pone cerca personas y herramientas que nos van a ayudar a darnos cuenta y a cambiar lo que necesitemos o queramos cambiar.

La solución es darse cuenta y a partir de ahí todo es más fácil. La vida nos ayudará a encontrar nuestro camino. De hecho, ¡estás aquí!.

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MENTAL

Otro de nuestros pilares es el cuerpo mental: los pensamientos y las creencias que surgen desde las experiencias emocionales y que construyen nuestra realidad. También podemos llamarlos mente emocional y mente racional, aunque para mí es mucho más correcto llamarlos cuerpos  porque ocupan mucho más que un espacio en nuestra mente, son los que hacen que seamos quienes somos e interfieren en todo nuestro cuerpo a través de las distintas frecuencias que emiten, tanto nuestras emociones, como nuestros pensamientos.

El inconsciente es el cuerpo. Todo está almacenado ahí.

Todos interpretamos la realidad según nuestras emociones y creencias. No existe una verdad absoluta: lo que para alguien puede ser un agravio, otra persona puede no darle ninguna importancia. Eso va a depender de con qué emociones resonemos y también de las creencias que han construido nuestra personalidad hasta hoy.

Si algo no existe en tu mente, ese algo no existe para ti, de ahí el poder que tiene dónde ponemos nuestra atención.

Los primeros años de vida y la programación de nuestro inconsciente son determinantes en la formación de nuestras creencias. Somos quienes somos porque creemos lo que creemos. Si cambiamos nuestras creencias cambiará nuestro mundo.

Tenemos una identidad que configura nuestra “máscara” o nuestro ego: la cara que ofrecemos al mundo, que nos hemos fabricado a partir de lo que nos han enseñado. Si algo lo hemos percibido como positivo, será algo que enseñaremos a los demás gratamente. Pero si algo lo hemos percibido como negativo, lo hemos escondido en la sombra de nuestro inconsciente y desde ahí está interfiriendo, sin que nos demos cuenta, en nuestro comportamiento.

Podemos darnos cuenta de qué creencias interfieren en nuestra relación con el mundo y cambiar las que nos estén perjudicando. Es un trabajo muy gratificante y hay técnicas específicas para conseguir este propósito.

Como siempre, darse cuenta de dónde estamos es el paso inicial.

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ESPIRITUAL

Todos nosotros, en algún momento u otro, nos hemos hecho las grandes preguntas: ¿qué hacemos aquí?, ¿esta vida tiene algún sentido más profundo?, ¿hay algo más allá de lo que percibo?...

Las respuestas a estas preguntas están dentro de nosotros. Nos empeñamos en buscarlas fuera acudiendo gurús, médicos, maestros… sin darnos cuenta de que toda la sabiduría que necesitamos está ahí, en nuestro interior.

Cuando conectamos con esa parte íntima y divina que está siempre presente, nos sentimos en conexión con el mundo y con nosotros mismos, nos damos cuenta de que no hay separación, lo que el mundo expresa ante nuestros ojos depende de lo que nosotros emitimos. No hay un mundo externo, todo parte de nosotros mismos.

La enfermedad es uno de los momentos donde más crecimiento espiritual podemos desarrollar si estamos abiertos a ello. Las circunstancias adversas en general nos pueden hacer crecer mucho. Si cambiamos nuestra percepción de lo que nos está sucediendo, puede haber un salto en nuestro nivel de consciencia. Podemos salir muy reforzados y con más sabiduría después de experiencias dolorosas si aprendemos de ellas…

Dentro del marco de la ciencia, la física cuántica va explicando con conceptos teóricos el cómo y el porqué de algunas cuestiones que antes no tenían ninguna respuesta. Poco a poco la ciencia irá dando explicaciones a las ideas fundamentales que las filosofías ancestrales como el budismo, el misticismo cristiano, el taoísmo, el hinduismo y otras más, nos llevan diciendo desde hace miles de años. Las ideas fundamentales de estas filosofías coinciden en sus puntos esenciales, todos los grandes profetas y místicos hablan de las grandes verdades universales y coinciden en su discurso: AMOR incondicional es todo lo que somos.

Lo hemos escuchado mil veces, pero si no lo hemos hecho propio, si no lo hemos experimentado por nosotros mismos, sólo son palabras.

No se trata de ningún proceso de aprendizaje, es un “darse cuenta”, si sabemos que existe esta otra realidad y nos abrimos a esta experiencia, simplemente llegará un momento en el que todo encaje.

Cuando sentimos ese Amor que nos conecta con algo más grande que nosotros mismos, nuestro cuerpo espiritual está en equilibrio y la perspectiva de las distintas vivencias que tenemos es completamente distinta. Todo es un aprendizaje.

Cuando sanamos nuestro cuerpo espiritual, nuestra salud lo muestra de muy diversas maneras. A veces de maneras muy impactantes. Es un regalo poder vivirlo.

Hay técnicas, como la meditación, que nos pueden ayudar a “darnos cuenta” cuando hemos empezado a sentir…

El AMOR es infinito. La DIVINIDAD es infinita.