
¿QUÉ ESTÁ LIMITANDO TU SALUD?
16/02/2018
¿TIENES LA ENERGÍA NECESARIA PARA CONSEGUIR LO QUE QUIERES?
11/04/2018Hay muchas mas emociones, con sus sutiles variaciones, que palabras para describirlas. Todas las emociones son útiles para adaptarnos a lo que está sucediendo a nuestro alrededor. Todas son positivas en el sentido de que buscan nuestra adaptación al medio, aunque las connotaciones en algunas de ellas sean negativas, y aunque lo que nos hacen sentir algunas no nos guste en absoluto.
No nos gusta estar tristes pero es desde la tristeza desde donde buscamos introspección, tan necesaria para conocernos íntimamente, para saber quiénes somos, dónde estamos y hacia dónde vamos en ese momento de nuestras vidas. Sin tristeza viviríamos sólo hacia fuera y no superaríamos momentos traumáticos, con el crecimiento interior que conllevan. Esto se puede aplicar a cualquier emoción que cataloguemos como negativa. Por supuesto, no queremos sentir el dolor que nos produce, pero es desde el dolor, como desde la enfermedad en muchos casos, desde donde crecemos y nos proyectamos. Estamos en un proceso cíclico, nos experimentamos en todo lo que somos para poder sentirnos en toda nuestra amplitud y elegir quién queremos ser a partir de ahí.
Hoy en día, el mayor problema lo tenemos con el miedo. Los medicamentos para la ansiedad se venden como churros, se cuentan por millones las personas que dependen a diario de los ansiolíticos para poder relajarse o dormir. La ansiedad es una variante del miedo. Vivimos con miedo, tenemos miedo a todo: a perder el trabajo, a no ser suficientes, a no llegar a fin de mes, a no dar la imagen que esperan de nosotros… El cortisol y el eje HPA están siendo reclamados a cada momento y han perdido su eficacia a la hora de avisarnos de un peligro real.
Debemos darnos cuenta de que vivir con miedo es un problema que podemos remediar. Necesitamos aprender a confiar en la Vida. Darnos cuenta de lo que tenemos y trascender las ataduras cotidianas que condicionan nuestra felicidad. Tener presente a la muerte es una estrategia que nos puede ayudar a mirar desde otra perspectiva. Nada es tan terrible ni tan negativo como pensamos que es. Estamos siendo engañados por nuestra amígdala.
Si aprendemos a gestionar nuestro miedo, y nuestro miedo al miedo, nuestro nivel de felicidad aumentará exponencialmente.
Nuestro cerebro tiene una gran neuroplasticidad, es decir, podemos cambiarlo. Tenemos la capacidad de crear nuevos circuitos neuronales, suprimir los antiguos, o incluso remodelarlos. La amígdala se activa con el miedo y manda su mensaje a la corteza prefrontal, que toma decisiones a partir de esa información. Podemos aprender a activar la corteza prefrontal para controlar la información que recibe de la amígdala, así como debilitar los circuitos que conectan a esta con el hipotálamo, desde donde parten nuestras reacciones fisiológicas. Es decir, podemos tomar la decisión consciente de no permitir que una emoción nos domine cuando es irracional y/o perjudicial para nosotros. No digo que sea fácil, requiere entrenamiento y constancia, pero puede ayudarnos a inhibir respuestas descontroladas ante estímulos de nuestro entorno que nos alteran crónicamente sin motivo justificado. Así, seremos capaces, por ejemplo, de controlar nuestros niveles de ansiedad o algunas respuestas desproporcionadas.
El miedo tiene su función en nuestra vida, como cualquier otra emoción. No se trata de evitarlo y actuar como si no existiera. Se trata de vivir con él, siendo conscientes de su presencia y dejando que nos acompañe cuando sea necesario, pero sin permitir que sea el dueño de nuestra vida.
La meditación y el mindfulness son vías muy eficaces para conseguir este propósito. A través de la meditación hacemos conscientes estos procesos y podemos acceder a gran cantidad de información. A partir de ahí, podemos tomar las riendas y decidir qué queremos hacer con nuestros pensamientos y emociones.
Tú tienes el control, si así lo decides.
Mar Tárraga