EL PODER DE LOS ALIMENTOS. ¿QUÉ ALIMENTOS SON BENEFICIOSOS PARA TI?
14/07/2017EL ESTRÉS EMOCIONAL Y SUS EFECTOS EN NUESTRA SALUD
14/08/2017Las circunstancias a nuestro alrededor y los acontecimientos que vamos viviendo marcan nuestra experiencia en el mundo, nos hacen más sabios, fuertes y adaptados.
El hecho de que vivamos un acontecimiento cualquiera y aprendamos de él depende de cómo vivamos esa experiencia y sobre todo, de la interpretación que hagamos de ella.
El miedo es el gran marcador de la experiencia. Dependiendo del nivel de miedo que sentimos cuando vivimos algo estresante para nosotros, vamos a interpretar nuestra realidad de una manera o de otra y vamos a aprender de ella en mayor o menor medida.
Cuando tenemos mucho miedo, nuestro cuerpo (a nivel físico, emocional y mental) puede reaccionar de tres posibles formas:
-Congelación (nos podemos quedar paralizados)
-Lucha
-Huida
Se pone en marcha un eje de estrés llamado eje HPA (hipotálamo-pituitaria-adrenal) segregamos cortisol, adrenalina, noradrenalina… se activa la amígdala y no vemos más allá de lo que nos está viniendo encima.
Es una respuesta fisiológica primaria preparada así desde que el hombre es hombre y que no nos deja salida, nos hace reaccionar (no decidir) ante lo que nuestro cerebro interpreta como un peligro y una muerte inminente.
El problema hoy en día es que nuestro cerebro interpreta así la realidad demasiado a menudo: cuando no llegamos a fin de mes, cuando discutimos con nuestro jefe, cuando tenemos una disputa…
Nos bloqueamos y sólo estamos pensando en sobrevivir, inundando de cortisol nuestra sangre con consecuencias nefastas para la salud: estrés crónico, resistencia al cortisol, toxemia, inflamación crónica de bajo grado, sensación de “estar quemado”, etc, etc…
Una alternativa saludable y real a esta cadena de reacciones es aprender de las circunstancias siendo consciente. Darnos cuenta de cuáles son los factores que nos alteran día a día, haciendo que interpretemos la realidad de una manera que nos está dañando.
Las situaciones cotidianas que nos hacen activar estos mecanismos son múltiples, pero conviene sacarlas a la luz de nuestro consciente para poder controlarlas y no que ellas nos controlen a nosotros.
Tres de ellas son:
1. Nuestro diálogo interno.
Lo que nos decimos a nosotros mismos hace que se desencadenen emociones distintas que activan los ejes de estrés, como ya hemos visto. Podemos ser muy duros con nosotros mismos, mucho más que con los demás y tiene consecuencias para nuestra salud.
2. Dónde ponemos nuestra atención.
La realidad no es una e inmutable, sino que la vamos creando momento a momento según prestamos atención a algo concreto y no a otra cosa. Darnos cuenta de ésto y educar nuestra atención es un acto de responsabilidad con nosotros mismos.
3. Las relaciones que establecemos con los demás.
Hay personas que nos incitan a ser mejores, que nos motivan y nos hacen sacar lo mejor de nosotros mismos. Cultivar estas relaciones, aparte de hacernos más felices, nos van hacer tener una imagen más positiva de nosotros mismos.
Por otra parte, hay otras personas que de manera inconsciente, o no, son negativas. Cuando estamos a su lado nos sentimos agotados y tristes, bajan nuestro nivel de energía y nuestra autoestima, haciéndonos sentir un poco más miserables y estresados después de estar con ellos.
Si sabemos ésto, podemos elegir de forma consciente nuestras relaciones para ser más felices y ¡para estar más sanos!
Hay herramientas concretas, como la meditación o el mindfulness, que nos pueden ayudar mucho a ser conscientes de estos procesos que se producen en nosotros, sacándolos a la luz de la mente consciente. Es el primer paso para poder manejar estos mecanismos que de otra manera quedarían en el limbo del inconsciente, manejando nuestra realidad sin que podamos hacer nada.
Toma las riendas de tu vida. Muchas de las cosas que te van sucediendo no las puedes controlar, pero sí puedes tomar el control sobre algunos procesos que están teniendo lugar dentro de ti.
Y cuando lo haces eres más consciente, más feliz y más sano.
Mar Tárraga